martes, 20 de abril de 2010

EL MITO DE LA TRIBU ARIA


El mito de la “Tribu Aria”
S.Scholz 1994. Traducción al inglés: B.Kühne 2003. Traducción al castellano: Answulfs

1.-El Mito del Linaje
El ario rubio de ojos azules asentado en Europa y de condición superior debido a su raza geneticamente pura fue el producto de muchas influencias intelectuales, como, por nombrar sólo una, el establecimiento de la filología indoeuropea. Leon Poliakov ha mostrado que las raíces de esta caricatura llegaron lejos en el pasado y que el deseo de tener ancestros tan ilustres y grandes como fuera posible puede ser encontrado en todos los pueblos europeos. Los romanos creían a sus ancestros originarios de Troya, mientras que la aristocracia medieval española puso énfasis en su sangre visigoda superior, la cual no sólo los hacía diferentes de sus súbditos, sino que también los colocaba sobre ellos. Los franceses continúan llegando a ser esquizofrénicos crónicos tan pronto como deben decidir si ellos son descendientes de Vercingetorix y los galos celtas o de Carlomagno o de la tribu germánica de los francos. Algunos ingleses en forma parecida no satisfechos con su mezcla de ancestros bretones, anglosajones, vikingos y normandos todavía encuentran necesario tener una perdida tribu de Israel conducida a sus costas en orden a asegurar el hecho de tener ancestros aún más antiguos y religiosamente importantes.
Ahora los alemanes ven las raíces de su propia historia en los cambios causados por la enorme migración de pueblos que crearon a los ilustres ancestros de sus vecinos. Considerando que incluso Tacito menciona que los teutones eran “de sangre pura”, ni mezclados con otras razas y (en consecuencia) autóctonos, ha parecido no existir ninguna razón de peso para dudar de su origen nórdico europeo. Cuando la iglesia necesitó una relación con la biblia, se encontró a Ashkenaz, uno de los nietos de Jafet, quien descubrió un camino a la Europa del Norte y así se estableció a los teutones incluso dentro de este marco. Especialmente durante el tiempo de la Reforma uno estaba orgulloso de ser diferente del degenerado y corrupto mundo romano. Durante el siglo 18 y 19, la creencia en la autoctonidad germánica y en el poder de los pueblos nórdicos llegó a ser más y más fuerte, respaldado por el surgimiento industrial e intelectual de los países “germano”-parlantes. Esta creencia también estaba respaldada por varios hallazgos de la investigación en el campo de la antropología y de las linguisticas comparadas.
La teoría del concepto de raza se desarrolló simultáneamente con el surgimiento de la antropología. Habiendo aislado las diferentes razas humanas como un teorema, los eruditos occidentales no pudieron resistirse a colocar su propia raza “caucásica” por encima de las otras. Pronto “raza” fue mal interpretada por o identificada como grupo étnico, nación y lenguaje. La historia fue reducida a un número de razas, cada una teniendo el poder por un cierto periodo de tiempo hasta que lo perdía y otra, más fuerte y con “más energía” lo tomaba. En vocinglera incomprensión, la teoría de la evolución de Darwin fue transferida a todo lo que parecía ser sujeto de desarrollo en alguna forma, sean razas, naciones, etnias, o incluso, circunstancias sociales o económicas. Donde quiera que uno mirara, en los ajetreados puertos de Inglaterra, Holanda, Alemania y Escandinavia o en los salones intelectuales de Londres, Berlin, París o Viena, era claro donde estaba viviendo la raza más forzuda. La antropología clasificó las razas por su apariencia externa entre las razas nórdicas “dolicocéfalas” con altas frentes y las razas meridionales “braquicéfalas” con frentes bajas, lo cual autorizó a “medir” realmente la superioridad de la raza nórdica. Así, los ancestros rubios y zarcos no fueron más un idea romántica. A fines del siglo 19, la “ciencia” autorizó a ver un antepasado noble y superior que suministró una “genuina” identidad étnica.

2.- El Descubrimiento de los “Arios”
El descubimiento del grupo de lenguajes indoeuropeos no sólo puso en situación a la ciencia de seguir la pista a las relaciones históricas entre muchos idiomas de Europa y Asia. Fue también, de una vez y en todo, el fin de la idea de que el hebreo era el idioma original de todos los seres humanos y también de que todos los seres humanos descendían de uno, Adan. Como un resultado, los eruditos occidentales buscaron a sus propios ilustres ancestros en Asia Central, Persia e India siguiendo las huellas de las tradiciones indias e iranias. La investigación indoeuropea comenzó tan temprano como en las primeras décasas del siglo 19, y Max Müller y otros indoeuropeistas comenzaron a usar la palabra “ario” para describir a los antiguos indoeuropeos. Fuera de duda, estos tempranos arios habían sido miembros de la raza blanca superior, ya que ellos representaban a los ancestros de los europeos modernos.
Además, los primeros linguistas cometieron el error de interpretar e incluso evaluar la clasificación de lenguajes en analíticos, aglutinantes y flexivos, en términos de una evolución. Así, estaban de nuevo los arios, es decir indoeuropeos, que parecían ser superiores a otras razas, ya que habían desarrollado el lenguaje al pretendido más alto nivel evolutivo mucho tiempo antes que los otros. El canónigo Isaac Taylor fue de la opinión que los indoeuropeos representaban una “raza finesa avanzada” .
Así, la fisiología superior, el lenguaje y la cultura eran asignadas para el término “arios” y era asumido que aquellos pertenecían a la raza blanca –pero sin embargo su Urheimat todavía no había sido definida como ser la Europa del Norte. Hasta ahora, los arios eran asociados con el Hindukush o el Himalaya. Pero tan pronto como en 1870, Lazarus Geiger argumentó que el hecho de ser los arios rubios y de piel clara probaba que Europa Central, o sea Alemania, había sido la Urheimat. De todos modos, Theodor Posche popularizó la idea de que los arios originalmente venían de Europa Central o del Norte respectivamente. Buscando la Urheimat, el usó medios como la frecuencia de albinismo (¡) y así los arios encontraron un hogar en las pantanosas áreas de Europa Oriental. Un área hostil para la vida como el hogar original de una raza hace pensar que es más hábil para sobrevivir que otras – Karl Penka no tuvo problemas en acepptar esto en 1883. Sin embargo, por medios de toda suerte de disciplinas científicas, él movió a los arios a Escandinava y señaló en sus ya de antes muy polémicos trabajos que ningun otro lugar en la tierra podía ser la Urheimat de los arios.
A pesar de sus polémicas, los trabajos de Penka fueron ampliamente aceptados. Incluso antropologistas bien conocidos como Rudolf Virchow y Thomas Huxley concordaron con que los arios eran una raza de “rubios dolicocéfalos”. El gran indólogo Max Müller, disgustado por este desarrollo que parcialmente había inducido él mismo, insultó a los antropólogos tratándolos de “raza aria, sangre aria, ojos arios y pelo ario” como cabezas de chorlito y comparandolos con linguistas hablando de “vocabulario dolicocéfalo o gramática braquicéfala”. Para él, “ario” no era sino un nombre para un grupo lingüístico que no tenía nada que ver con pueblos hablando esos lenguajes, y que ni siquiera eran pueblos actuales. Pero ya era muy tarde. La idea de una raza superior aria se había asentado en las cabezas de muchos científicos, y los amateurs estaban satisfechos con conocimientos superficiales, disfrutando el pensarse a sí mismos como descendientes de verdaderos super ancestros.

3. La Segunda Guerra Mundial y sus Consecuencias.
Hasta el fin de la guerra, sólo una Urheimat Europea era aceptada en Alemania. La disputa estaba restringida a la cuestión de si había sido el Norte de Europa o una zona esteparia como las de Europa de Este . Pero también en el extranjero era favorecida una Urheimat europea, y sólo muy pocos pensaban que los indoeuropeos eran originarios de Asia. Todavía un término linguistico era mal usado dentro de contextos antropológicos, políico-ideológicos y romanticistas. Fue la segunda guerra mundial y sus resultados los que forzaron al mundo académico a cambiar su forma de pensar el cómo las efectos políticos de metodos de trabajo poco científicos llegaban a ser aparentes.
El mito de la superioridad aria era un fenómeno ampliamente extendido de variante distinción, usualmente más obvio en publicaciones antropólogicas en el mundo académico. Habiendo sido pesadamente incriminado y abusado por los nazis, el término lingüístico “grupo de lenguas arias” ya no fue más aceptable. La investigación moderna considera a los “arios” solamente en conexión con los Iranios y sus estados preliminares. “Indoarios” son visto como precursores de, por ejemplo, los persas. “Pureza genética” fue desterrada a los dominios del mito. El yiddish es un idioma tan indoeuropeo como cualquier otro dialecto germánico y el idioma de los gitanos romanes es mucho más cercano al “ario” que cualquier idioma del Norte de Europa. El concepto de “rama” –principio de desarrollo adoptado de la arqueología fue cambiado por una teoría de desarrollo con fronteras “traslapadas”. Fue comprendido que cualquier influencia rodeando y cruzando un área de lenguaje transforma el desarrollo de un lenguaje, y –incluso más importante- que aunque el lenguaje usualmente suministra información, difícilmente ello autoriza a conclusiones antropológicas. Esto está confirmado por el hecho de que la ciencia indoeuropea ha hecho grandes avances desde que retornó a un desapasionado nivel de trabajo científico.


Literatura:

Mallory, J.P.: In Search of the Indo- Europeans. Language, Archaeologie and Myth. London: Thames and Hudson Ltd. 1989
Mallory, J.P.: A Short History of the Indo- European Problem. JIES 1 (1973): 21-65
Poliakov, L.: The Aryan Myth. London: 1974

Nota: Este texto no sólo contiene información importante para todos los interesados en el problema del racismo seudo religioso (y especialmente seudo-“germánico”), sino que también es un documento histórico. Representa, como un ejemplo, la investigación y el estudio crítico de lo que suministra los principales fundamentos para el Proyecto Ariosofía que fue fundado en 1996. Estudios como éste y la observación crítica de la “escena pagana” en Alemania fueron cruciales en el proceso que resultó en la fundación del Rabenclan y el Nornirs Aett. En miras a preservar el carácter de “trabajo en progreso” del Proyecto Ariosofía, las versiones antiguas de los más antiguos textos no serán sometidos a ningún cambio a la luz de los recientes descubrimientos. Notese como este trabajo proveerá las informaciones necesarias de bagaje. El término “Germanen”, el cual en alemán no es sinónimo de “alemanes” (Deutsche) fue cambiado por Teutones, para evitar confusiones.

Hans Schuhmacher